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urismos como los que actualmente
circulan por las calles de Cuba; máquinas reproductoras de vinilo, donde
introducían una moneda y elegían su canción; chicos de cazadoras, ya fuesen de
cuero o universitarias; chicas animadoras, apoyando a sus novios amigos o
compañeros de posiblemente su mismo vínculo de amigos; la frustración de
algunos por perder la virginidad de cualquier manera; bailes de instituto al
terminar el curso escolar, algunos retransmitidos por los primeros equipos de
televisión y los medios audiovisuales del momento; la popularidad de unos sobre
otros; navajas, y diversas armas blancas empuñadas por pandillas callejeras,
frente a sus rivales del mismo barrio o ciudad; ausencia de estupefacientes; Baloncesto,
fútbol americano y béisbol como deportes destacables; y por supuesto rock and
roll.
Son
estas, y muchas más un conjunto de características que en una gran variedad de títulos
del cine han tratado y tratan de mostrarnos en muchas obras del séptimo arte.
Si tratamos de relacionar dicha década (la cual no hay que ser exactos en
fechas, ya que incluso, traspasaría a la siguiente, aunque ya en un estado más
en decadencia) con las imágenes que el cine nos proporciona, no tardaríamos en
hacernos una idea de cómo era esta, y al mismo tiempo de darnos cuenta lo que
estos films pueden aportarnos sobre un movimiento social de la adolescencia de
aquellos años.
No
se trata pues, en este escrito, analizar de manera tan amplia los años 50, sino
dentro de él adentrarnos en los aspectos más sociales juveniles y adolescentes
de la época desde el punto de vista cinematográfico, entrando pues, en lo que
podríamos denominar un subgénero más en profundidad.
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El
musical Grease (1978, Randal Kleiser) nos presenta una romántica trama
principal entre sus dos protagonistas, rivalidades, ánimo de superación,
competitividad, la idea de la reputación, y otros muchos elementos envueltos por
los bailes que aquí se nos presentan. Sus personajes más destacables forman un
grupo de amigos, paralelo al de un grupo de amigas, pero que en diversas
ocasiones, ambos, se relacionan en función de elementos comunes, como son el
reunirse en las cafeterías de la época donde abundan el compartir en pareja
bebidas hamburguesas o helados (no suelen aparecer en este subgénero
alimentos propios de una
alimentación basada en primer y segundo plato). Por lo cual suelen referirse a
dar un enfoque donde consumir como forma de ocio, y no tanto por necesidad de
alimentarse, en donde alguno de estos personajes podrá disponer del clásico momento en acudir a poner una
canción con el reproductor musical típico de estas cafeterías. Son pues,
personalidades en donde los chicos vestirán sus cazadoras “chupas” de cuero, de
tonalidad negra por lo general, acompañadas de pantalones pitillo y/o
ajustados, con destacables peinados de tupe con formas de tirabuzones, sin
olvidar el uso del cigarro elemento el cual que da al personaje en el momento
de ser consumido un toque de creerse alguien destacable en ciertos momentos, o,
de motivo decorativo junto a la vestimenta al ponérselo en la parte superior de
la oreja. A pesar de dicha vestimenta, no dudarán en dejarla a un lado en
ciertas ocasiones del baile del instituto, donde primara unos ropajes mas a
juego con el momento de dicho evento como son trajes negros aunque algunos con
colores destacables como azules. El mostrar armas blancas como navajas, es
prácticamente nulo y sin ánimo de error en tan sola una escena se mostrará una
navaja con un uso de advertir a los antagonistas (los escorpiones, la banda
rival, con unas señas en cuanto al ropaje y sus formas de ser, de un modo más
radical y violento sin demostrar miedos ni reparos en sus acciones).
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El
género femenino optara por un estilo donde una serie de cazadoras rosa, nos
avisan de que quien las porta, pertenecen a un grupo más cerrado de amigas como
así lo confirma una de las integrantes, las cuales tratan de realizar actos que
coloquialmente podríamos denominar rebeldes como fumar, beber alcohol o incluso
el llegar a plantearse meter a chicos en casa de una de ellas con ausencia de
sus padres.
Faldas anchas y de cierto volumen hasta las
piernas y el uso del maquillaje los peinados y la esteticien son de los rasgos
más destacables en ellas. Al igual que los chicos, con la llegada del baile,
dejarán a un lado dichas prendas para ponerse sus vestidos más elegantes con
uso de escote.
Los
vehículos propios de la época tendrán otro distinguido papel en la película, ya
no únicamente como medio de transporte para acudir al instituto o ir a los
autocines propios de la época, sino como medio para mantener relaciones con una
chica (sentimentales o sexuales), trabajar los coches tunenándolos para que
destaquen frente a los demás, consiguiendo de ellos vehículos más potentes, e
incluso adelantados al momento, con el fin de competir en carreras ilegales y
en territorios aislados contra la ya citada banda de los escorpiones, con el
fin de dejar claras sus diferencias y rivalidades (las cuales no resultan
necesarias por parte de la cinta mencionar ya que resultan indiferentes y
ausentes) donde competir sobre ruedas es el único camino que les queda a ambas
bandas.
Como
ya se menciona al principio, se trata de un musical, donde se consigue pues,
que los adolescentes tengan aspectos un tanto exagerados en la manera de actuar
y comportarse, y especialmente, en sus andares, la cual, les permite actuar de
una manera vinculada y relacionada con bailes y estilos musicales de pareja,
colectivos, rápidos y con gran dinamismo.
Con
la trilogía y producción canadiense de Porky´s (1981, 1983, 1985, Rob Clark y
James Komack la última) nos adentramos en el debate sobre la frustración sexual
y adolescente que viven sus protagonistas durante su etapa en el instituto, así
como la necesidad de perder, sea como sea, la virginidad recurriendo incluso a
la los servicios de prostitución si fuese necesario.
Dejando
a un lado las chupas de cuero y la moda más rockera, el objetivo final de estos
chicos durante estos años, es la de perder la virginidad, así como la práctica,
incluso compulsiva del sexo. Sus antagonistas, en la primera y tercera parte de
la trilogía serán personalidades de otra generación y ambientes (de 35 a 55
aproximadamente, los cuales frecuentan bares de copas de estilo granjero y del
western) lo que dará pues un choque produciendo conflictos, donde los jóvenes
al enfrentarse a ellos, tendrán en su mano la posibilidad de hacerlo de un modo
que podría clasificarse como atrevido y alocado. En cuanto a la segunda, sus
rivales, serán el ku kux klan, la iglesia protestante, y en menor medida cargos
políticos como concejales, los cuales quedaran totalmente ridiculizados por
este grupo de adolescentes.
A
pesar de dar una primera impresión de jóvenes, como ya se ha dicho atrevidos y
alocados, muestran otras facetas y vocaciones, como la ilusión por ganar el
campeonato de baloncesto de institutos o el ánimo por participar en la función
del teatro, así como ayudar a su entrenador con problemas económicos o a un
compañero de teatro de origen indio perseguido por las agresiones racistas del
ku kux klan.
Mención
especial recibe la única mujer que se sitúa junto a este grupo de chicos, en
ocasiones acompañada, en planos mas secundarios por otras compañeras suyas de
instituto o colaborando con las animadoras, las cuales tendrán su momento de
humillar a los chicos, al tratar estos de plantarles realizar una orgía.
Los
valores sobre la amistad, quedarán perfectamente bien expuestos en Cuenta
conmigo (1986, Rob Reiner). La historia sobre cuatro chicos de 12 años que al
emprender un largo viaje irán conociéndose así mismo en unas circunstancias
totalmente contrarias a institutos o playas, sino en ásperos bosques y
localidades más rurales, lo que favorecerá la temática aquí expuesta como se ha
dicho: el valor de la amistad. Otros chicos de mayor edad, se encargarán de
darle a la historia cierto dramatismo y suspense, los cuales por medio de
amenazas y coacciones, pondrán, antes o después, el valor y la valentía de los
protagonistas.Uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde, es la sensación, la idea, que produce quien nos relata la narración en off, haciendo alusión a su pasado y a su experiencia vivida en esta película.
Las
pandillas callejeras de las capas sociales más bajas, quedarán reflejadas con
la película Rebeldes (1983 Francis Ford Coppola). La amistad y la adolescencia
entre estas,estarán estrechamente unidas con la marginalidad, la violencia y
las pocas posibilidades del futuro más cercano para sus protagonistas, con
muchas dificultades a superar, para abrirse camino en la vida e incluso
sobrevivir en sus ámbitos de convivencia en circunstancias difíciles.
“El
cine de playa” como así se refiere uno de los personajes describiendo así el
hecho de ver películas en autocines de considerable tamaño como un espacio de
ocio del momento que parecía tener su apogeo en la época del momento. Parece que
no importaba tanto la misma película en si misma, que allí se viese, sino más
bien una excusa para entretenerse por la noche a la hora de salir con amigos.
Será
en 1955 cuando Nicholas Ray lleve a la gran pantalla uno de los rodajes más
destacables e influenciables del cine, y sobre todo del género de los años 50,
donde James Dean como protagonista de Rebelde sin Causa, será el eje central de
toda una serie de valores y dificulta desde la adolescencia de esta época.
Personalmente,
merece la pena detenerse por unos instantes en el título: Rebelde sin Causa.
¿rebeldía hacia qué o quién? ¿un rebelde sin causa? ¿sin propósitos? ¿sin
objetivos en la vida? ¿sin saber contra que rebelarse?. Es pues una
personalidad sin aspiraciones, sin ilusiones por su futuro debido a las
condiciones sociales de la época que le tocó vivir, debido a la gran cantidad
de dificultades que irá encontrando en su momento peregrinando de ciudad en
ciudad sin destino concreto.
En
su conjunto, son estas y muchas otras obras cinematográficas ambientadas en
aquellos años del pasado siglo, las que nos dan una visión, de un modo u otro
sobre muchos de los aspectos juveniles y adolescentes sociales e incluso
culturales, perviviendo algunos aspectos, y otros, desaparecieron con la
llegada de nuevas tendencias, nuevas generaciones, nuevos gustos, nuevos
estilos musicales, etc. Sea como fuere, es una imagen la que nos aportan estos
y más títulos sobre la cuestión aquí tratada, que podríamos afirmar muy cercana
a la realidad que se vivió en aquellos años.❑







Bueno, pues ahí va el primer comentario (el primero seguro? wo qué honor). Primero te felicito por el blog, se nota que engulles cine y que sabes de lo que escribes; y además lo haces bien.
ResponderEliminarSobre el post me ha ganado la foto y la mención a Rebeldes, jeje. Hay otra película, tb de Francis Ford Coppola (el de aquellos años), tb con Mat Dillon (el de aquellos años...) y cuya historia está basada en un libro escrito por la misma autora (que el de Rebeldes), que se titula La ley de la calle (con un jovencísimo y "sano" Mickey Rourke, además).
Y eso, que te animo a que sigas con ello. Incluso estaría bueno que en un futuro (si te parece) vinculases este post con las películas pandilleras más actuales (tipo las de American Pie, Supersalidos, Project X...). Como ves, cada bloque tiene su "microuniverso" =P
Nos leemos.
P.D.: No te perdono la falta de mención a Cry-baby, la parodia de todo este tipo de películas, jajaja
sí, no se perdona la falta de cry baby jajaja
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