domingo, 21 de octubre de 2012

Símbolos y lenguaje corporal: el arte de las agujas


Asentados en la piel, más exactamente en la capa de la dermis, situada bajo la epidermis. En esos espacios del cuerpo humano quedará marcada de por vida formas artísticas creadas por la tinta y perforadas con la aguja de aquellos utensilios que sean necesarios con el fin de crear tatuajes. Un lenguaje corporal, una forma de comunicación de gran riqueza, que en ocasiones queda en un segundo tercer plano, o incluso a veces muy desapercibida. Pero nunca en su totalidad. Nada en el cine es casual, y cualquier interprete con ciertos tatuajes no iba a ser una excepción. Una cualidad, que puede adaptarse en muy diferentes géneros del cine. Acción, suspense, terror, comedia, y un largo etcétera. El único inconveniente para que sea una idea efectiva en cualquier película, requiere que esté bien adornado y decorado, es decir, que tenga un significado destacable, y cuanto más sea así mejor será valorado por el espectador.

En el escrito anterior a este, se escribió sobre American History X (Tony Kaye, 1998) sobre su representación del espacio carcelario. Más en profundidad, tanto dentro como fuera de este, la enorme carga simbólica de los tatuajes de su protagonista como la de muchos de los personajes que le rodean, produce una gran fuente de información sobre ellos, y además les da una vitalidad a los personajes, diciendo quienes son, sus objetivos en la vida, sus principios, o al menos, eso tratan de demostrar. No es que nos ofrezcan todos sus datos para conocerlos en su totalidad, pero si nos dan una primera impresión sobre ciertos rasgos de su personalidad. No debemos olvidar, que porque alguien cualquiera, tenga ciertos tatuajes, sepamos ya que clase de persona es. Es un error muy simple en el que no se debe caer. De hecho, Derek cambiará de forma de ser en cuanto a sus convicciones, que parecían ser tan ferreas e inamovibles como sus tatuajes. Unas ideas tan inamovibles que se tambalearán hasta desaparecer de su propia personalidad, pero no podrá hacerlas desaparecer de su piel, como él mismo aprecia, al verse en el espejo, donde en su torso comprueba que algo queda de su pasado que no podrá borrar fácilmente, que ahí le quedará marcado por mucho que pueda parecer que se arrepiente, de que se ha equivocado totalmente en su manera de actuar tiempo atrás.

Frío, paciente, y algo calculador serán algunos de los atributos que corresponden a Nikolai, interpretado por Vigo Mortensen en Promesas del Este (David Cronenberg, 2007). Unas características que en sus tatuajes, muchos de ellos con una simbología tan religiosa como cultural: se aprecian desde cruces ortodoxas rusas, hasta incluso una recreación de lo que parece ser la catedral de San Basilio de Moscú. Toda clase de actividades ilegales en un individuo cuyas creencias parecen estar unidas, y al mismo tiempo se podría considerar que responde tal vez a distinguir entre vida profesional y vida privada. Por otro lado, que Nikolai pertenezca a una hermandad mafiosa, los Vory V Zakone, es requisito necesario que su cuerpo este decorado de semejante manera, en un proceso donde su historia personal queda reflejada, y al mismo tiempo corresponde a un proceso ritual y de escala social dentro de esta hermandad.
Un proceso ritual o de aceptación dentro de grupos más o menos de diferente carácter, como es el caso de Miclo en Sangre por Sangre ( Taylor Hackford, 1993) donde consigue ser aceptado entre sus semejantes étnicos tras ser tatuado, acompañado dicho proceso del consumo rápido de alcohol. A medida que avanza el largometraje y la evolución del personaje su escala social será más importante e influyente, acompañado incluso de más tatuajes que le representarán como alguien con reputación en un entorno marcado por las rivalidades entre bandas dentro de la cárcel de San Quintin. Muy inusual será encontrarse aún solo preso que no esté marcado por la aguja. La mayoría de personajes que giran en torno al protagonista tendrán una amplia variedad de imágenes perforadas en su piel. Unas imágenes que van desde temáticas tan profundamente religiosas, como étnicas, o incluso no podían faltar los símbolos más racistas y fascistas como esvásticas, y símbolos relacionados con este. Estos últimos serán más propios de lo que se podrían considerar los antagonistas.
En Abierto hasta el Amanecer (Robert Rodríguez, 1996)no parece que el tatuaje de su protagonista diga mucho en un principio, de hecho prácticamente queda desapercibido durante casi toda la película, ya que se mantiene tapado por su vestimenta. Habrá que esperar hasta el final, cuando veamos toda la obra artística que invade su brazo izquierdo. En este caso no importa tanto la creación del mismo, sino lo chocante que puede resultar que sepamos cómo es realmente en su totalidad. Como se suele juzgar, incluso inconscientemente (ya sea a personajes del cine o reales de nuestra propia vida) la primera impresión es la que cuenta. El día que consigamos olvidar esta idea, habremos dado un paso gigantesco, tanto a la hora de ver y entender cine, como en la humanidad, y es aquí, con ello, con esa imagen de George Clonney, un ejemplo de ello, al menos un ejemplo en apariencia.
Justicia y venganza, dos términos que se encuentran muy próximos entre sí, aun paso de distancia son en su conjunto, los que lucirá Robert De Niro en el Cabo del Miedo (Martin Scorsese, 1991) siendo el segundo término el que triunfe sobre el primero. Se trata de un conjunto de tatuajes que resumen todas sus ideas, sus sentimientos, y sobre todo, sus frustraciones. Unas frustraciones que han ido poco a poco generándose dentro de él y reflejadas de por vida en su torso tatuado de un modo muy variado.
Uno de los castigos más espeluznantes y terribles que peude sufrir quien haya abusado sexualmente de una persona tan antisocial como quien desprecia de un modo tan extremo el machismo y el sexismo contra las mujeres se encuentra en el largometraje de Millenium: los hombres que no amaban a las mujeres (Niels Arden Oplev, 2009). Un abogado sin escrúpulos que no duda en abusar sexualmente de quien tiene bajo su custodia legal, será sometido por esta a ser reprimido por la aguja y la tinta: en esta situación el tatuaje será un método de aviso, de castigo, de venganza, de demostrarle lo que le sucede por sus actos violentos. No se trata pues, de representar una imagen artística, de hecho, quien elabora el tatuaje, no tiene conocimientos previos de cómo realizarlo, ni lo ha practicado nunca ya que se conformara con que quede lo suficientemente visible para que esté lo tenga como una señal de por vida, por sus abusos cometidos.
En la comedia, será un elemento muy útil, dando ideas tan creativas, como la de hacerse un tatuaje, sin ser en absoluto consciente de ello, como es el caso de Stu en Resacon 2, Ahora en Tailandia (Todd Philipps, 2011). Sin ser consciente de ello, debido al abusivo consumo de alcohol y sustancias estupefacientes, tendrá como consecuencias negativas una imagen de estilo tailandés sobre su cara. Así pues, a diferencia de los otros personajes ya comentados, el caso de Stu, constituye un problema en su apariencia y en su forma de ser, ya que en condiciones normales ni se le habría pasado por la cabeza tatuarse, y muy seguramente, mucho menos, en su rostro.
Amor y odio, ambos sentimientos tan contrarios como cercanos, marcados  en los nudillos de las manos (LOVE en la derecha y HATE en la izquierda). Un par de conceptos que resultan ser abstractos, pero el lugar donde se encuentran situados hace que tengan una cierta esencia, aunque se trate de formas de pequeño tamaño y sin motivos ni decoraciones artísticas: simplemente dos palabras que en su fondo, resultan necesarias para conocer más en profundidad al reverendo Harry Powell, el personaje que los lleva. Se deduce pues, en un sentido metafórico, una lucha constante entre el bien y el mal, un recurso muy efectivo en el cine para crear toda clase de mensajes metafóricos de gran consideración y de lo más extrovertidos posibles: el uso y empleo de tatuajes como es el caso de este personaje.
En su conjunto, son pues para el cine, para la creación de sus personajes, de lo que puedan representar, un lenguaje corporal, de por vida (si dejamos a un lado los sistemas de cirugía láser para eliminarlos), una forma de expresarse basada en imágenes y/o palabras de una manera más o menos artística, que nos ayuda a entender y comprender toda una serie de ideas sobre la trama y la temática del largometraje, que se esté presenciando.

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